Es, a menudo, más conveniente disimular que
vengarse.
No os espante la pobreza; nadie vive tan pobre
como nació.
El cabalgar, el viajar y el mudar de lugar
recrean el ánimo.
Vencer sin peligro es ganar sin gloria.
La conversación es la expresión de nuestro modo
de pensar.
El sabio en su retiro es útil a la comunidad.
No hay ninguna cosa buena que no tenga su base
en la razón.
¿Qué importa saber lo qué es una recta si no se
sabe lo que es la rectitud?
La esclavitud más denigrante es la de ser
esclavo de uno mismo.
La adversidad es ocasión de virtud.
Es rey quien nada teme, es rey quien nada desea;
y todos podemos darnos ese reino.
No hay, en mi dictamen, hombre que aprecie más
la virtud y la siga con más gusto, que el que por no
hacer traición a su conciencia, ha perdido la
reputación de hombre de bien.
Este día que tanto temes por ser el último, es
la aurora del día eterno.
A vivir se aprende toda la vida, y toda la vida
se ha de aprender a morir.
Toda la armonía total de este mundo está formada
de discordancias.
La armonía total de este mundo está formada por
una natural aglomeración de discordancias.
Gran parte de la bondad consiste en querer ser
bueno.
Viven más contentos aquellos en quienes jamás
puso los ojos la fortuna, que los otros de quienes
los apartó.
Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se
atiende a si es larga, sino a si la han representado
bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas
buen final.
Incierto es el lugar en donde la muerte te
espera; espérela, pues, en todo lugar.
La vida es como una leyenda: no importa que sea
larga, sino que esté bien narrada.
Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y
los que no saben nada se admiran de todo.